El metal es una cultura que se adapta a las épocas, a las regiones; es una especie de espejo donde vemos reflejada nuestra esencia como seres humanos. Es por eso que el metal europeo se diferencia del que se hace en Estados Unidos o del que se realiza en Latinoamérica; por que cada uno de ellos, busca incorporar elementos que los identifiquen con sus raíces ancestrales. El metal latinoamericano nace de forma paralela con el movimiento que revitalizaría este género, el New Wave Of Bristh Heavy Metal (NWOBHM) o la Nueva Ola Del Heavy Metal británico, que se consolido en los primeros años de la década de los 80; bandas como V8, Arkangel, Resistencia, entre otras, lideraban y resaltaban el espíritu metalero por estas tierra; con una actitud enérgica, letras reivindicativas y la razón profunda de la integración, se daría paso al mestizase dentro del rock, donde se despertaría el orgullo, la sensibilidad y las ganas de luchar a través de los poderosos sonidos del metal. El idioma seria el puente de entendimiento entre la banda y el público; la necesidad se expresaba de manera concreta y sin tener que hacer traducciones marcianas; de esta forma nacería nuestra identidad musical.
Rata Blanca o Kraken, son referencias directas de nuestro orgullo latinoamericano, son un pequeño ejemplo del talento y de la realidad creativa de este continente. Pero también debemos recordar casos puntuales, como el de sepultura; que a pesar de interpretar letras en un idioma ajeno al nuestro. Nunca se apartaron de su realidad geográfica y cultural; y así como ellos, muchas agrupaciones más se identifican con sus procedencias geográficas; la gente de Cultura Tres es otro ejemplo vivo, ya que ellos mismo se denominan como banda de metal Latinoamericana.
A algunas personas el metal en castellano les sigue dando urticaria y no tienen esperanzas de reforzar un mercado latinoamericano que compita con la fortaleza de Anglosajones, alemanes y nórdicos. Es ridículo que a estas alturas los cuatrocientos millones de hispanoparlantes no disfruten también de esos otros sonidos cultos, gratificantes y reivindicativos entre tanta música fácil y alienante. Calidad musical tenemos; solo necesitamos es confianza para así fortalecer nuestra identidad latina en todo el mundo. Debemos sentirnos orgullosos de escuchar Hermética, Tren loco, Masacre, torre de marfil; ellos son parte del metal de nuestra esencia.
Emilio Pino
ufffs!!! bien por el blog!!!
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